lunes, 7 de julio de 2008

MONUMENTOS AL DIABLO

Madrid y La Habana, son las únicas capitales del Mundo en las que hay un monumento al Diablo. La de Madrid, en El Retiro, presenta a un Lucifer humillado: expulsado del Paraíso y con una serpiente enroscada. El diablo cubano, en el Capitolio Nacional de la Habana, es un Ángel rebelde, no humillado, desafiando a su Creador. Existe una tercera representación en Ecuador, cerca de una pequeña ciudad llamada Tandapi.
La estatua de El Retiro se erigió el año 1874 por iniciativa y bajo el patrocinio del duque Fernán Núñez, quien costeó el proyecto con la donación de once mil duros. El duque cerró sus oídos a las voces de protesta de todo un pueblo ante semejante proyecto; por eso el 23 de octubre de 1874, la población madrileña asistió, incómoda y escandalizada, a la inauguración de este monumento a... ¡Satanás!

Recientemente, en el programa “Cuarto Milenio” se ha dicho que el lugar del Retiro al que nos referimos se encuentra a 666 metros sobre el nivel del mar. El hecho resulta sorprendente si tenemos en cuenta que en 1885 aún no se disponía de la tecnología necesaria para determinar este dato. De ser cierto es fácil sacar la conclusión: El Demonio, tan deseoso de ser adorado como Dios, trabajó a tope para conseguir el monumento; por otra parte, el Duque bien pudo ser miembro de la Masonería, tan activa en el siglo XIX, definida por la Beata Ana C. Emmerich como “la Sinagoga de Satanás”.

La obra fue realizada en bronce por Ricardo Bellver, quien obtuvo con ella la medalla de primera clase en la Exposición Nacional de 1878 y en la Exposición Universal de París en 1885. El Diablo cubano, obra del siciliano Buemi, se encuentra en la sala del parlamento desde 1932.
Enigmática es la figura diabólica de Ecuador. Se dice que fue tallada en una noche por un escultor que habló con el diablo y fue poseído. La imagen en relieve mide unos 20 metros en total y no reposa sobre ninguna estructura, es vertical completamente y está a unos 30 metros de altura, lo que hace prácticamente inaccesible y muy especial a ese monumento.

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