lunes, 2 de junio de 2008

EL BUEN ECUMENISMO


Por fin desde hace no años sino décadas, unas declaraciones sobre el Ecumenismo suenan como el murmullo de agua fresca en zona árida. Nos referimos a las palabras de Benedicto XVI en su reciente viaje a Estados Unidos. Allí visitó una sinagoga en Nueva York y se reunió, en Washington, con cerca de 200 representantes de otras religiones, el Islam en entre ellas.

Nuestro querido Papa no llamó a Mahoma por su nombre, como hizo en Ratisbona (Alemania. 13-9-06) pero se expresó con total firmeza y claridad. Podríamos decir que dio Catequesis a los representantes de muchas religiones. Seguro que en el día del Aviso se acordarán de sus palabras.

Efectivamente, Benedicto XVI dijo que el diálogo interreligioso "tiende a algo más que a lograr el progreso de la paz". El objetivo principal del diálogo es el de "descubrir la Verdad" y mantener despiertas en el corazón de todos los hombres las preguntas más profundas y esenciales. "Ante estos interrogantes más profundos sobre el origen y el destino del Género Humano, los cristianos proponen a Jesús de Nazaret. Él es, así lo creemos, el Logos Eterno, que se hizo carne para reconciliar al hombre con Dios y revelar la razón que está en el fondo de todas las cosas. Es a Él a quien llevamos al forum del diálogo interreligioso. El deseo ardiente de seguir sus huellas impulsa a los cristianos a abrir sus mentes y sus corazones al diálogo".

El Papa agregó: "Queridos amigos, en nuestro intento de descubrir los puntos de comunión, hemos evitado quizás la responsabilidad de discutir nuestras diferencias con calma y claridad. [...] El objetivo más importante del diálogo interreligioso requiere una exposición clara de nuestras respectivas doctrinas religiosas". Bueno, pues a ver si toman nota muchos responsables del Ecumenismo en la Iglesia, que ya desde el último Concilio han estado marginando a la Madre de Dios en el concierto ecuménico, como si Ella –la Esposa del Espíritu Santo fuese un estorbo para la Unión.
Pero no sólo han marginado a la Stma. Virgen sino que -consciente o inconscientemente- han intentado “descafeinar” nuestra Fe, diluir su esencia para agradar a los otros; de esta forma se ha potenciado la apostasía dentro de parcelas de la Iglesia y el engreimiento de las sectas.
¡Ven, Ven, Ven. Espíritu Santo!

No hay comentarios: